GERAL


CRECE EL INTERÉS DE JAPONESES POR LEER LIBROS EN EL CELULAR


Mario Castro Ganoza

 

Desde el 2002 los japoneses tienen librerías al alcance de una llamada. Costo por descargar libros virtuales sigue siendo inferior al de un libro tradicional

 

Tokio. En Japón ya no es novedad que los teléfonos celulares cumplan funciones distintas de la cual originó su creación: realizar llamadas telefónicas sin necesidad de cables.

 

Sin embargo, uno de los usos más sorprendentes que los japoneses han comenzado a dar a los aparatitos multicolores y superlivianos es el de plataformas para leer libros, periódicos e historietas, en perjuicio de las tradicionales ediciones impresas en papel.

 

En el mundo de los teléfonos celulares, todo se mueve generalmente en torno a los mandatos de la moda que imponen personajes de televisión, del cine o de la música.

 

Todo comenzó en el 2002, cuando fueron lanzados por primera vez libros electrónicos en formato para celulares. Para entonces ya eran populares los textos para la PC.

 

Según el instituto de investigaciones de márketing Impress R&D, este mercado generó ganancias por 4.600 millones de yenes (más de 37'800.000 dólares) entre abril del 2005 y marzo del año pasado: un aumento del 400% con respecto al período anterior.

 

La cifra incluso no se encuentra lejos del mercado de libros electrónicos para computadoras personales y agendas electrónicas personales (PDA), que en el mismo período acumularon un movimiento de 4.800 millones de yenes (unos 39'500.000 de dólares), cifra que solo representó un 45% de aumento.

 

DE MANO CON LA TECNOLOGÍA

La razón por la cual el mercado de los libros para celulares ha crecido en forma tan abrumadora no se debe al contenido de ellos, sino a dos factores externos: la mejora, la rapidez y la optimización de los servicios que brindan las nuevas máquinas celulares, que a partir del 2004, y gracias a la capacidad de memoria del aparato (que usa tarjetas de 256 kb a más), hacen posible descargar un libro entero, que se puede leer en pantalla más grande y con mejor definición.

 

El segundo hecho importante es que el celular puede utilizarse en cualquier lugar, por muy apartado o incómodo que este sea. El esfuerzo en este segundo punto es de las empresas de telefonía, que gracias al uso de tecnología de avanzada han logrado que la recepción de los teléfonos celulares sea posible en lugares antes inaccesibles, como estaciones del tren subterráneo, uno de los transportes donde los japoneses dedican más tiempo a otras actividades mientras se movilizan.

 

PREFERENCIAS EN EL CELULAR

Uno de los rubros que abarca casi la mitad de las ventas de los libros electrónicos es el de los cómics o historietas manga, ya famosas incluso fuera de Japón. El valor agregado de leer manga en el celular y no en una voluminosa edición de 200 páginas está en que los diálogos entre los protagonistas desfilan por la parte inferior del teléfono de forma automática cuando se cambia el cuadro, lo cual da la sensación de estar viendo dibujos animados, en lugar de leer un cómic.

 

Otros de los géneros que prefieren leer los japoneses son las novelas para adolescentes, libros de etiqueta social y libros que abordan temas empresariales.

 

Las páginas web que proporcionan estos libros digitales son llamadas librerías en línea, las cuales, al igual como sucede en la vida de tinta y papel, llegan a ofrecer hasta 5.000 títulos, promocionan su catálogo con el envío de correos a diestra y siniestra y ponen en su estantería avances de las obras más populares o leídas.

 

AU, una de las gigantes de la telefonía celular en Japón, presenta en su sitio web enlaces a cientos de páginas de librerías electrónicas o 'denshi shoseki', 35 de las cuales son especializadas en manga, 27 en fotografía principalmente de corte erótico y 28 que ofrecen de todo.

 

CLAVES

Distintos géneros, distintos costos

La oferta para acceder a las diferentes librerías en línea es muy amplia. Hay de acceso gratuito y pagado.

B  Hay quienes ofrecen su material gratis, que se sustenta en parte con publicidad, y otros que cobran un monto mensual de 315 yenes (US$2,7), para permitir que el usuario descargue un programa de lectura.

C Sin embargo, en ambos casos descargar una obra tiene un costo que parte

desde los 100 yenes (US$0,86) hasta los 1.500 yenes (US$13): depende de la extensión de la obra y de su popularidad, o de si recién ha salido de imprenta.


Fonte: Clique Aqui
Divulgado por Enrique Mori – enviado para “biblio-progresistas” em 02/02/2007

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OSWALDO FRANCISCO DE ALMEIDA JÚNIOR

Professor associado do Departamento de Ciência da Informação da Universidade Estadual de Londrina. Professor do Programa de Pós-Graduação em Ciência da Informação da UNESP/Marília. Doutor e Mestre em Ciência da Comunicação pela ECA/USP. Professor colaborador do Programa de Pós-Graduação da UFCA- Cariri - Mantenedor do Site.