EL NUEVO ROL DE LOS BIBLIOTECARIOS
Buenas tardes. Me siento un poco abrumado, ¿no? También como si todo fuera parte de una equivocación. Siento que esto es un error, porque como le decía al organizador
Es memorable que nos encontremos en este auditorio y discutamos sobre el tema de la convocatoria, porque en todas las culturas y en todas las civilizaciones la destrucción de libros ha estado presente, y en el caso particular de Argentina, llama la atención que los más importantes intelectuales de hace décadas hicieron silencio ante las quemas de libros que aquí se realizaron con tanta impunidad. No dijeron una sola palabra. ¡Y todavía están en la calle, en este momento y por culpa de ese silencio, los responsables de estos delitos, de estos crímenes de genocidio y memoricidio!. Valga entonces mi invitación también para que esto sirva como una reflexión poderosa dentro de este auditorio de tal manera que no seamos tan pasivos como esos intelectuales.
Si hay un aspecto que a mí me ha regocijado, cuando se me propuso que mi nombre estuviese en el concurso, es el hecho de encontrar que hay bibliotecarios con ese ánimo tan inclinado a introducir una discusión que va más allá del campo de la especialización como tal. Más allá de la tecnificación, este es un oficio que demanda un humanismo profundo.
Yo debo decirles que el tema de la destrucción del libros no es un tema de mera erudición. Recuerdo aun el día que me invitaron a París, hicimos un evento sobre lo que había sucedido en Irak, convocado por la UNESCO, donde participaban aproximadamente veintiocho países y la delegación de Estados Unidos celebró mi llegada al principio, estaban muy felices al conocer que yo me encontraba allí para hablar del tema, pero cuando notaron que yo no iba a hablar de la destrucción de la biblioteca de Alejandría, de los papiros de Calímaco, de sus famosos Pinakes, que fueron los primeros ejemplos de bibliografía organizada entre los griegos, cuando notaron que lo que iba hablar era de los crímenes que había cometido la administración de Bush contra la humanidad, de los delitos cometidos por el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld al no advertir a sus soldados de la necesidad de proteger instalaciones culturales, cuando eso sucedió, quiero decirles, señoras y señores, que la delegación de los Estados Unidos me apagó el micrófono, y yo, que tengo ciertas malas costumbres de mi época estudiantil, me subí a una mesa y comencé a gritar. A mí no callan. (Aplausos)
Aclaro que empecé a gritar porque el publico se sentía defraudado ante la retórica incesante, y yo, con o sin micrófono, me dije que debía saberse la verdad, porque por primera vez y para siempre tenemos pruebas de que Estados Unidos esta incurso en delitos culturales, en delitos que realmente apuntan hacia el memoricidio. Debo señalar que el señor George "Walker" Bush, así como Augusto Pinochet, que hoy ha muerto, tendrá que pasar el resto de sus días perseguido por la justicia, perseguido por una gran cantidad de gente que estará muy pendiente de que pague todos estos delitos por los crímenes, no sólo cometidos contra Irak, en Afganistán, y otros pueblos, sino también contra pueblos en América Latina, porque es responsable de distintos acontecimientos políticos que han llevado a genocidios como en Venezuela cuando el 11 de abril del año 2002 intentaron dar un golpe contra el presidente
Debo anticipar, sin embargo, que es un largo camino el que debe recorrerse para llegar a esto, y es importante que los bibliotecarios no estemos pasivos ante lo ocurrido en la destrucción cultural de Irak. Si hay algo que me alegra profundamente es que este auditorio abra ese debate, aunque apenas se abra. Quiero aclararles, en todo caso, que el tema de la destrucción cultural tiene que introducirse como tema de estudio, como fundamento dentro de los estudios bibliotecológicos en toda América Latina. He pasado mis días, hasta hoy que llego a la Argentina, en el proceso de inaugurar cátedras en cada una de las escuelas de ciencias de la información o escuelas de bibliotecología alrededor de este tema y los invito a los que están presentes y a los grupos a que se motiven, a que reaccionen con iniciativas de discusión, pues no se trata de un tema cualquiera. Es una herida abierta en estas tierras.
El libro tiene unos cincuenta y cinco siglos, señores, según las estimaciones arqueológicas, que no son por supuesto religiosas, esas estimaciones cambian, pero las estimaciones indican que en el estrato Uruk IV, que queda en lo actualmente es Irak, alrededor del año
Creíamos que el acontecimiento más horrible en la destrucción de los libros había sido el episodio protagonizado por los nazis el 10 de mayo de 1933, día en el que no hubo, como se cree, una sola quema, a las doce de la noche en Berlín, donde esta colocada un placa por cierto en
Esto quiero aclararlo, porque se creía que ese episodio era el peor de todos. Y acabamos de ver, señores, que en Irak fueron quemados UN MILLÓN DE LIBROS en
Eso es muy importante tenerlo claro, y es de este tipo de temas que quiero hablarles, entre otros muchos. El papel de los bibliotecarios ha cambiado en el mundo, ya no somos simples referencistas, ya no somos aquel tipo de hombres o mujeres silenciosos, que nos dedicábamos a cumplir un papel burocrático, que nos dedicábamos a cuidar libros, tenemos un rol social fundamental en la sociedad de la información, porque bien queda claro que la información es poder y esta en nuestra manos que ese poder, esa información, no sea victima de la censura, de represión, y en esto han dejado la vida numerosos hombres y mujeres. Quiero decirles que siempre se repite que los periodistas tienen la profesión más peligrosa del mundo y es falso, pues han muerto más bibliotecarios en el mundo que periodistas. Esto quiero dejarlo claro: en América Latina han muerto y en África más bibliotecarios y archivistas que periodistas y que miembros de cualquier otra profesión. Es una realidad lamentable.
Lo que ocurre es que el resto de las profesiones son más publicitadas y la nuestra es una profesión descartada, sepultada en medio de la indiferencia, tanto es así que a la hora de los presupuestos, a la hora de la toma de decisiones políticas, siempre el asunto de las bibliotecas queda relegado. Pero hay que saber que si los represores queman libros es porque saben la importancia que tiene el libro como vinculo de la memoria, como vinculo que nos une de alguna forma al pasado, entonces, quiero insistir en que nuestro rol cambió. No podemos quedarnos de brazos cruzados.
Y me siento orgulloso al saber que mi nombre ha estado asociado a una pelea, a un combate internacional, y hoy les invito a todos a participar porque mis palabras no son una simple charla. No se trata de que yo comparta con ustedes solo el honor de pasar a intercambiar información, sino de decirles que ha llegado el momento en la Argentina, aquí y ahora, de que no dejemos pasar en silencio lo que ha ocurrido en Irak ni tampoco lo que ha ocurrido en
NADA DE AMNISTÍA, JUSTICIA, SEÑORES, NO VENGANZA (aplausos, ¡bravo! ¡bravo!), ES LO QUE NECESITAMOS, (aplausos) .. JUSTICIA... (aplausos)... repito, si algo pedimos quienes estamos al frente de este debate internacional es que los responsables de todo lo que pasó en América Latina se encuentren ya siendo procesados y es para ello que los invito y eso es imposible sin grupos de investigación, sin grupos que documenten rigurosamente lo sucedido, HAY EJEMPLOS NOTABLES: HERNÁN INVERNIZZI, JUDITH GOCIOL Y EL DE LOS GANADORES HOY DE ESTE PREMIO. Hoy tenemos a un digno representante al frente de
Lo que les digo además es que hay que elevar ese debate, no basta con dejarlo aquí. Señores: lo que ha ocurrido en Irak, es un ejemplo de lo que viene para el mundo, la única forma de que asumamos ese nuevo rol, ese nuevo protagonismo que nos corresponde, es a través de una lucha constante POR LA MEMORIA,
La Comisión de Homenaje Permanente a Bibliotecarios y Trabajadores de Bibliotecas Víctimas del Terrorismo de Estado, que ha creado este premio, donde están nuestros amigos Tomás Solari,
Ya basta de lugares comunes y actitudes mansas. Ya basta de temores. Yo creo que llego la hora de exigir justicia, de entender que debemos tener todos una actitud responsable: el bibliotecario del siglo XXI es un luchador, el bibliotecario del siglo XXI es un hombre capaz de dar la vida por la memoria, que es lo que a los pueblos les garantiza un sentido de dignidad, porque deben saber que no hay democracia sin memoria, no hay democracia sin justicia, y la justicia es imposible con el olvido.
Muchas gracias. (Clamorosos aplausos)
Discurso de Fernando Báez
10 de diciembre dde 2006. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Auditorio “
Biblioteca Nacional de