CENSURA DE LIVROS – ESPANHA
La imprenta en España se desarrolló a finales del siglo XV en regiones como Segovia, Zaragoza, Valencia, Salamanca, Burgos, Valladolid, etc., sin embargo es en Sevilla donde alcanza un gran desarrollo y se constituye en el centro de comercio del libro español. Al principio el Estado no intervino en el control de las publicaciones, pero en 1480 inicia un control de los materiales bibliográficos otorgando permisos para su impresión. Posteriormente en 1502, la censura se establece y se ordena a los libreros, impresores, mercaderes y autores a presentar sus libros ante las autoridades para su revisión, declarando también la existencia de material anterior a la ley, bajo pena de confiscación de bienes y destierro. Se exceptuaban los libros litúrgicos y gramaticales, dicha orden se extendía a las bibliotecas de conventos, universidades y a colecciones particulares. La ley fue modificada por Felipe II en 1558, prohibiéndose también publicar libros de poco interés o contrarios a la religión y las buenas costumbres.